viernes, marzo 23, 2012

Luz blanca olor a miel, 
sol de cerezas transparente y fiel. 
Que llueva la primavera sobre esta tierra de herrumbre y sed.



Ay, lah raícih d'antaño jundíah en el orvío, cómu duelin al buhcá ahora la sombra que no gorverá.

viernes, diciembre 02, 2011

EXTREMEÑO LITERARIO

MANUEL ARIZA CATEDRÁTICO DE HISTORIA DE LA LENGUA EN LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA

Fue uno de los primeros profesores de la Universidad extremeña, que le acaba de publicar sus estudios sobre el habla de la región
MERCEDES BARRADO TIMÓN
 
Manuel Ariza, catedrático de Historia de la Lengua Española de la Universidad de Sevilla, fue profesor en Cáceres cuando la universidad extremeña daba sus primeros pasos. Trabajó aquí durante catorce años, entre 1975 y 1989. Esta semana se ha presentado en la capital cacereña, publicado por la UEx, su libro 'Estudios sobre el extremeño', que contiene artículos gestados en aquella época sobre la forma de hablar y escribir en Extremadura, ampliados y mejorados por investigaciones posteriores.

-Ha dicho en titulares que Gabriel y Galán se inventó el extremeño. ¿Qué es el extremeño, un dialecto, un invento, existe en realidad?

-Son dos cosas distintas. Gabriel y Galán -y no precisamente José Antonio, como ha dicho algún periódico, sino José María- se lo inventó en el sentido en que fue el primero que utilizó una lengua aparentemente dialectal o con elementos dialectales vulgares, que es lo que se suele llamar castúo. Pero el castúo es el extremeño literario, por decirlo de alguna manera y en ese sentido es un invento de Gabriel y Galán. El extremeño existe desde que existe Extremadura, no como región sino desde que se repobló a finales del siglo XII.

-¿Se pueden establecer los cimientos de lo que es ese extremeño?

-El extremeño es básicamente castellano con algunos elementos léxicos leoneses y con otros portugueses. Y solamente en el ángulo noroccidental, al norte del Tajo, es cuando son más acentuados los rasgos leoneses; por eso en esa zona, y causa reflejante puede ser Gabriel y Galán, es donde se estilan las vocales finales. Pero en el resto de Extremadura no. Y las aspiraciones, en su mayoría, son las mismas que hay en Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía. El único rasgo morfosintáctico de tipo leonés que sí se ha extendido por toda Extremadura es el sufijo '-ino'. Y después quedan arcaismos en la zona norte de Cáceres donde se dice, como en la zona leonesa o castellana, 'la mi madre' o 'la mi casa'. Son rasgos que irán desapareciendo, salvo que se utilicen como elementos de tipo expresivo.

Serradilla

-¿A qué se refería usted cuando ha destacado la gramática de Serradilla y el chinato?

-Hasta la Guerra Civil, en la zona norte de Cáceres había lugares que conservaban las viejas consonancias sonoras medievales. Antonio Salvador y yo hicimos encuestas por la zona hace veinte años y ni siquiera los viejos las usaban, aunque recordaban que se decían. Es el caso de 'jadel' por 'hacer'. Pero nadie hablaba eso, salvo en Serradilla, donde hasta los niños más chicos conservaban las viejas sonoras y decían, como ET, 'mi casssssa'. Pero el famoso chinato había desaparecido. Tenemos el testimonio de una viejecita a la que hice unos textos que publicó Diego Catalán. Y ya está. Lo que pasa es que ahora hay estos movimientos reivindicatorios de lo propio y en los periódicos de la zona a veces aparecen textos escritos en el viejo dialecto que ya nadie habla. Eso no es ni bueno ni malo, pero los muertos no se resucitan nada más que en los milagros. Y dentro de eso están un maestro y una licenciada que publicaron una gramática extremeña que es un auténtico disparate, aparte de ser un plagio de Navarro Tomás y Gaya. ¿Pero se vendió como rosquillas porque la gente compra las cosas del terruño!

-¿Qué valor da a reivindicaciones como las de Galicia sobre el habla de Eljas y de San Martín de Trevejo?

-Tontos hay en todas partes y hay gallegos que quieren buscar gallegos en todas partes. Lo primero que tenía que decir esta gente tan galleguista es que reivindican el portugués porque es un dialecto del gallego, porque lo es históricamente. Pero ¿quién le dice a un portugués que habla un dialecto del gallego! Lo que hay en Eljas no es una variedad del gallego, sino una mezcla peculiar entre el portugués y el extremeño, llena de arcaismos como quedan en esa zona. Se trata de las viejas palatales castellanas, que no las gallegas. Otra cosa es Olivenza: allí no hablan gallego, hablan portugués.

-¿Es usted partidario de la wikipedia extremeña?

-No sé lo que es. Esos intentos los hay en todas las comunidades autónomas, de un grupo de gente que confunde lo que es el castellano común con las variedades regionales. Intentar convertir una variedad regional en lengua de cultura o escrita me parece una aberración. Pero eso ocurre también en Andalucía, donde hay un grupo de gente que reivindica no que se hable andaluz, que es la realidad, sino que se escriba en andaluz. Pero, ¿de qué tipo: con ceceo, con seseo? Eso es suponer que toda Andalucía habla uniformemente. Y lo que hace esta gente es, lo mismo que el castúo, un invento sacado de la manga donde utilizan vulgarismos porque parece muy moderno. Pues bueno...

-¿Cómo sigue estudiando el extremeño desde su puesto de trabajo en Sevilla?

-Ahora llevo años sin hacer nada, pero lo último que hice fue estudiar a Chamizo porque me parecía que hacía falta un estudio sobre su lengua. Todavía tengo encuestas inéditas que hicimos Antonio Salvador y yo y que algún día tenemos que completar y sacarlas. Espero como agua de mayo que se publique el Atlas Lingüístico de Extremadura, que es una mina... Ya no dirijo tesis, aunque hasta hace poco dirigía tesis de viejos alumnos extremeños, pero participo en todo lo que me llaman de Extremadura, que es mi segunda casa.

-¿Y Chamizo no se inventó nada?

-Sigue a Gabriel y Galán eliminando algunas cosas que en Badajoz no se daban, como el cierre de las vocales finales. Pero, lo mismo que Gabriel y Galán, no recoge las aspiraciones de 's' o de 'j'. Y son fenómenos generales tanto en Cáceres como en Badajoz. Y en sus escritos las 'eses' están muy bien puestas. Es un extremeño aliviado, con vulgarismos, pero sintácticamente su fuente de inspiración es Gabriel y Galán.

-¿Le gusta Chamizo o sólo le considera un fenómeno a estudiar?

-Una de las cosas que me sorprendió de Extremadura es la admiración que tenían por Gabriel y Galán en Cáceres y por Chamizo en Badajoz y que los niños se sabían sus poesías de memoria. A mí no me parecía un buen poeta, pero yo no soy crítico literario. Lo dije el otro día. Me he dado cuenta de que los extremeños tienen mala conciencia y dicen que hablan muy mal. Pues no. Vosotros habláis muy bien extremeño, que es distinto de hablar un castellano fenomenal de Valladolid. Creo que eso es lo que explica que Chamizo y Gabriel y Galán se hayan convertido en mitos, porque los hablantes con mala conciencia argumentaban que el extremeño podía ser lengua literaria.

sábado, diciembre 20, 2008

Mar de nubih


Mar de nubih preñáh de nievih,
 pahmáh d'ocri de fríu invielnu,
blanca lechi en lah ubrih de la sierra
pa sorbé ehperanza de vía güena.

Esuh rizuh comu puñalih congelauh
pa que no moh orviemuh
de loh ermanuh muertuh
que yacin baju la tierra
comu animalih salvajih
abandonauh al desamparu
al que loh confinó una guerra.

¿Hahta cuandu derramauh loh suh cuerpuh
en loh campuh,
en lah cunetah,
en lah fosah comunih
a la puerta'e loh cementeriuh?

Mar de nubih comu lechuh de algodón
arruyandu sentimientuh
pa que loh güesuh fríuh
que siembran la tierra se regüervan
contra el orvío,
se levantin comu linternah en meyiu'e lah turmentah.

Mar de nubis,
sí,
mar de vientu y sementera,
en loh canchalih,
en el alientu de loh lobuh
que envenenan de libertá la sierra.


Lah afotinuh son de Joxe Izquierdo. Gracias.

lunes, enero 21, 2008

El Milano, Alexandre Blok

Es en plena Guerra Mundial, en marzo de 1916, cuando Alexandre Blok (1880-1921), figura central del simbolismo ruso, escribe el Milano. En julio se moviliza y permanece el poeta en esta situación hasta la revolución de Febrero. En ese momento prácticamente dejó de escribir.


El milanu

Trazandu una trah otra fluidah güertas
Sobri suñulienta praera vortea el milanu

Y ehcuadriña el desiertu prau.

En una isbá chequinina la mari suhpira sobri el su hiju:

“Toma pan, toma la teta, suervi,

Creci, ubideci, yeva la cruz.”

Pasan loh segluh, atruena la guerra,

S’arza la revuerta, ardin lah ardeah.

Peru tú siguih iguá, la mi tierra,

En tu trihti y seculá beyeza.

Mari, hahta candu ehti yorá?
Milanu, hahta candu vorteá?

Este poema, que cierra el ciclo titulado Patria, debe ponerse en el marco del interés de Blok por las sacudidas que señalaron la historia de su país, como por ejemplo la imagen de la batalla de 1380 en el Campo de las Chochas, primera victoria rusa sobre los Mongoles, mencionada al principio de este mismo ciclo. Siempre, y en algunos momentos -clave de su historia-, Rusia, simbolizada aquí por la madre que alimenta su niño y lo prepara "a llevar su cruz", se encontró amenazada por enemigos (el Mongol, el Alemán, el Turco, el Japonés). Este Milano que se arremolina sobre el "pre bastidor", para fundirse en el mismo. Hay en el poema, todas las imágenes, teñidas de slavophilisme, de la Madre-Rusia, enferma, salvaje, que apacigua también (el pan dado que debe chuparse al lactante para permitir a la madre ir a los campos era una de las causas de mortalidad infantil), ¿Pero hasta cuándo? Es la cuestión planteada en los dos últimos vesos. Blok no da respuesta en este poema, pero se la encontrará a otra parte. En efecto, la guerra y el presentimiento de la revolución, mencionados en la segunda estrofa del Milano, están incluidos también en la escatología más amplia, tanto biográfico como cultural.

La pintura es de Santiago Carralero. Gracias.

http://www.santiagocarralero.blogspot.com/

domingo, enero 14, 2007

Guadañah negrah


Dos,
tan solu dos
briyandu mu grandih
entri guadañah y sablih
d'azabachi.

Dos,
niñah negrah
entri lunah grandih
y bermejah.

Dos,
armah de puru fuegu,
trahparentih,
incidiendu sin dehcansu
en cubituh de yelu
ardiendu.

Dos
por dos
a la par hiriendu,
a la par parpadeandu
con ehpinah tiernah
d'inciensu y vientu,
aromandu loh cuerpuh,
plenuh.

sábado, mayo 13, 2006

Cuentu: El emigranti ricachón


Érasi una veh un emigranti ricachón en aqueyuh tiempuh en loh qu'entoavía meaban lah gayinah cuandu er tiempu ehtaba blandu.
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Poh resurta que el ricu emigranti s'había puehtu mu malinu en la ciudá ondi vivía con to el su imperiu de riquezah y por muchu que le visitaban loh meicuh no daban con la cura, a resultah de lo cual languiecía comu una morciya corgá d'ehpetera en la chimenea.Y ya tan malinu s’ayegó a poné que mandó viní de lah américah un dohtó mu célibri que entendía amáh lah cabezah.
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Asín que le vió arodeau de tanta pompa y tantah riquezah materialih se dio cuenta el dohtó del mal que l'aquejaba a aquel probi ombri y ensiguía echó de l'alcoba a to er mundu acunsejandu al ricachón emigranti que gorviera a la su tierra, c'ayí, con toa la naturaleza ehtayandu en primavera y el cariñu de loh paisanuh, s'abría de recuperal.
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A la mañana siguienti mandó prepará el ricu señó el burrinu máh’umirdi que tinía y yenó lah alforjah con lo necesariu pa vivil, se carzó unah sandaliah d'ehpartu, unuh pantalonih de pana, una boina negra y una casaca de lana y emprendió el caminu sin nenguna otra cumpañía que la del burrinu y el mal que l’aquejaba.
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Andarun muchah leguah y pasarun por otruh tantuh senderuh de tal suerti que al yegá la nochi se perdierun en metá la hesa y vagarun dandu güertah sin sabé ondi ponían loh piéh. Asinqui, ya con lah cabriyah bien artah se toparun una choza’e piedra juntu a una juenti y el ricu emigranti decidió pasal velayí la noche. Esaparejó el burrinu dánduli rienda suerta al serenu y se metió pal chozu. El cansanciu le vencía por momentuh, asinqui ensiguía se queó dormíu en un tohcu camahtru de jorahca y retama, tapainu con el berrendu’e lana.
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Durmió com’un troncu ahta que unuh ehtampíuh l’ehpertarun. Abrió los'ojuh sobresartau al sentí dihpuéh unah vocih ajuera la choza. Era un cabrerinu, que con lah primerah lucih del día yamaba a loh perruh pa que jueran ehpabilandu el ataju cabrah antih d’aordreñarlah.
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- Qui, qui, qui, qui, aquí loh mih perrituh cazaorih, gritaba el cabrerinu.
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Y ensiguía yegó un mahtín blancu y grandi, comu un osendu, siguíu de doh perrinah perdiguerah máh vivah qu’el hambri. Y lah cabrah empezarun a incurpuralsi y loh campaniyuh a soná en un cunciertu escuncertanti pal ricachón emigranti. Asinqui al oí tantu berríu s’incurpuró mu súbitu, con un suhtu enormi:
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- Mecaguendié, ¿ondi m’he metíu? Ehtu eh el fin del mundu.
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S’asomó a la portá’e la choza y una luh rehplandicienti le cegó por cumpletu. Tuvu c’acé un ehfuerzu hahta que pudu abrí mu poquinu a pocu los’ojuh. Ayina ehtaban lah cabrah inquietah en el redí y loh perruh careándulah y el cabrerinu que iba con la carderiya dihpuehtu a aordreñá el ganau.
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- Mu güenuh díah, güen’ombri, ¿qué le trai por ehtah muntañah?, le diju mu naturá el cabrerinu, -un neñu de 12 añuh que vivía velayí tô el añu con lah suh cabrah y la camá’e perruh.
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- Poh, poh, poh… -no acertaba a articulá doh palabrah siguíah el ricachón emigranti-, poh que m’e perdíu en metá la nochi, en meyiu ehta muntaña.
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- ¡Toma ya! -ehclamó el cabrerinu- ehqui el platinu avellanah no s’ehparrama cuandu ehtá nublau y si no conocih loh caminuh, ehta sierra eh mu joía.
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- ¿Y no habrá vihtu uhté el mi burrinu? poh le dejé aquí ar lau anochi, cuandu ancuntré el cobiju’e la choza.
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- No l’he vihtu, anqui si l’he sentíu rebuhná bien tempranu, señal qu’ehtaba cuntentu. Amuh aora a aordreñá lah cabrínah y dihpuéh almorzaremuh en la majá, al caló la lumbri.
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Asinqui el ricachón emigranti echó una manu al cabrerinu en loh suh oficiuh ahta que yegó la ora del almuerzu. Se juerun pa la majá con la carderiya’e lechi bien yena y se sentarun a la lancha’e la lumbri.
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- Amuh a echal un tientu, cumpari, a la morciyita y al vinu, que mo lo bemuh merecíu, -le diju el cabrerinu al nuevu güehpih.
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Al sacá el cabreru la ortera repleta de tocinu y morciya el muehtru amiguinu eigranti sintió comu una ehtraña repunancia, poh yevaba muchísimu tiempo sin probá bocau ya que nâ l’apetecía debíu a la enfermeá que l’aquejaba. Peru amigu, nâ comu el airi de la sierra y una miajina’e trebaju pa ehpertá el ánimu de cualquiera.
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El cabrerinu pinchó un atajau’e morciya con un palinu afilau y lo hincó por encima de la lumbri hahta qu’empezó a caé la grasa y lah yamah s’avivarun chihpurreteandu comu demoniuh y ehprendiendu un humu que se pudía comel de puru ricu que golía. Al muehtru amiguinu emigranti se l’ehpertarun lah ganah de hincá el dienti a la viandah y bebel y comel hahta tupilsi y abría los’ojuh comu lunah yenah, comu ehperandu que cayera argu pal gargüeru. Y sí, un argu jue lo que le dio el cabrerinu ensiguía:
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- Toma, jíncati ehti atajau’e morcilla y comi hahta tupirti bien tupíu, que se te vé mu lamíu.
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Y endihpuéh l’ofreció una percaña’e tocinu abetainu y endihpuéh un güen tazón e lechi y calah fritah pa rematal. Asinqui el enfermu se himpló bien himplau y jue recuperando la coló en la cara comu por arti de magia.
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Pasarun loh díah y el ricu emigranti iba mejurando comu a pasuh agigantauh, de tal suerti que ya tinía juerzah pa levantá lah cargah’e leña y aordreñá to el rebañu’e cabrah si juera prijisu y el cabrerinu se lo pidiera.
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Trah de tiempuh güervin tiempuh y se pasa la primavera y el veranu eja el su terrrenu al otoñu y con él s’ayegan lah primerah nievih y lah pelúah por la mañana y loh pieh que s’engurdin y s’ayenan’e sabañónih. Poh con toah esah y otrah que se perdierun en el caminu, el ricu emigranti ya abía mejorau tantu la su salú que empezó a reculdalsi de la ciudá y de la vía de lujo y ahta lujuria c’ayina yevaba, sin repará en el venenu que l’abía pohtrau en la cama comu una morciya vieja.
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- Amiguinu míu -l’iju el emigranti al cabrerinu-, ya ehtoy bien y en prueba d’agraecimientu te cunvidu a vinirti conmigu a la mi ciudá, c’ayina tengu yo de tô y te prumetu c’a ti no te fartará nâ de cuantu prejisih y deseih y no tendráh que gorvé a trebajá en la vía.
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- Mu agraecíu -le rehpundió mu resueltu el cabreru-, peru, amiguinu, la tu ciudá yo no la quieru, que tengu er ganau en la sierra y con el me queu y adióh, que soy mu felíh velaquili, entri canchalih y matorruh, al son de loh pajariyuh.
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El emigranti ricachón dio lah graciah al cabrerinu por toa l’atención que l’abía prehtau y s’ehpidió besánduli y abrazánduli, mu contentinu, poh s’abía recuperau y ehtaba comu’n mozu, ihpuehtu a ehcuajá un matorru si la vía le juesi en’eyu. Asinqui se hincó encima el burrinu con lah alforjah bien repletah y se marchó pa la ciudá máh cuntentu y máh sanu c’unah pahcualejah.
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Pasarun loh tiempuh y el ricu emigranti gorvió a la su vía d’antañu, sin repará en lah cunsecuenciah. Y asina jue que s’orvió de cuandu ehtuvu tan malinu y de la cura milagrosa que abía ehpimentau en el campu, en la tierra onda tinía lah raícih claváh, anqui se l’orviara qu’era emigranti. Y asina jue comu cayó mu malinu otra veh y gorvió a languiecé com’una morciya vieja y ya no quería comel ni bebel poh tô le daba repunancia. La sonrisa se l’ehcapó’e loh bezuh y los’ojuh ya no le briyaban comu cuandu se levantaba tempranu en la sierra p’aordreñá lah cabrínah. Y nenguna meicina ni nengún meicu lugraba dal con la cura pal ricu emigranti.
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Asinqui, al cabu der tiempu, ya esehperau, s’acurdó del cabrerinu que tan bien l’abía tratau en la sierra del su puebru y le mandó yamá pa que viniera a la ciudá a cural·li, poh tinía mucha confianza de que con loh suh cunsejuh sanaría. Peru el cabrerinu al sé injurmau de la situación c’atravesaba el su amiguinu emigranti iju qu’él no le pudía saná en la ciudá y amáh no se pudía mové de la majá, poh tenía c’atendé el ganau toituh loh díah, dece c’amanecía hahta que s’apagaba la luh del sol.
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El emigranti ricachón s’enculerizó y mandó de nuevu emisariuh en buhca el cabrerinu, ya que en él cifraba la su curación, y mandó cubril·li de dinieru si juera prijisu pa dublegá la su vuluntá y trael·lu a la ciudá. Peru el cabrerinu de nuevu se negó a emprendé’l viaji ni por tô el dinieru del mundu.
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- Que no s’entehtarri el mi amiguinu, poh yo d’aquí no me muevu, que tengu lah cabrínah pariendu y a eyah me debu.
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Peru abía cogíu apreciu al ricu emigranti y quería ayual·li, y en esah le vinu el recuerdu de cuandu se hincarun aquel almuerzu el día que se conucierun y cómu se l'iba encendiendu la coló al güehpih nuevu con loh atajauh de morciya y loh tintalazuh a la bota'el vinu que iba prodigandu ca veh con máh empeñu. Asínqui ehtuvu cabilandu ahta dal con lah palabrah juhtah que le mandaría decí por boca de loh emisariuh. :
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- Miri uhté –razunaba el cabreu-, cuandu esi güen ombri me s’apareció una mañana saliendu’e la choza ehtaba toitu percudíu y muertu de miéu. Y la cura que le di yo era mu senciya peru con jundamentu. Miri uhté señó, yo namáh l’e dau trebaju, carabeu, la comía necesaria pa viví sin sé un gordinflón y mucha suela detrás lah cabrah tôh loh díah, al airi libri, bañándusi de sol por juera y d’agua cristalina por’adentru.
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Esa eh la receta que l’envíu al mi amiguinu: que güerva a la su tierrina ca y cuandu a carabeá con loh parientih y loh amiguinuh y deji esi trajín que yeva en la ciudá de’n veh en cuandu, poh toituh loh oficiuh requierin una bola. Aluegu ya gorverá fortalecíu a lah suh ucupacionih, peru que no s’orvíï nunca de lah suh raícih y lah querenciah de cuandu nuevu, porqui sin eyah no pruhperará en otruh bohquih y la risa se l’ehcapará ‘e loh bezuh a pasuh agigantauh.
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Y colorín colorau, el cuentu s’acabau, anqui s’a de dicí c’aluegu ya tôh jueruh felicih y cumierun perdicih y a mujotruh moh dierun con loh güesuh en lah naricih.

martes, marzo 14, 2006

Rosa María Lencero


A LA NACENCIA DE CHAMIZO
Para Javier Feijóo.
..
Ya se ha agachado la luz del sol en el cerro,
parece una naranja abierta entre la tierra
y un enorme cacho de cielo.
..
¡Cómo surgen en el camino esas yerbinas
sin importarles el ritmo del tiempo!
..
Y el trigo, más rubio, tiene el pelo revuelto
de nubarrones que aletean en el aire
como las campanadas del pueblo:
si nació tan sola la Tierra
y nosotros somos dos fuertes sin miedo,
¿quién ha dicho que no sirvan mis manos
más que las comadres y los rezos?
..
Yo le dije acunándola en la tierra:
¿Irme y dejarte sobre esta cama de suelo
mientras los gorriatos pían
y la burra roe el silencio?
..
Señor, tú que sabes lo mucho que la quiero,
has obrado el milagro de esta nacencia
haciendo que la Tierra se pegue a su cuerpo:
ahora es tan hijo de la encina,
que le bautizó un regato las raíces del cuerpo.
..
“Doh salimoh del chozo;
treh golvimoh al pueblo.
Jizo Dioh un milagro en el camino:
¡no podía por menoh!”
..
Rosa María Lencero
..
Fragmento del guión "La voz de la tierra", estrenado por el Aula de Teatro de la Universidad de Extremadura en el Auditorio de Cáceres el 6 de octubre de 2004, con motivo del Primer Congreso Internacional de APLEX, Asociación para el estudio y divulgación de Patrimonio Lingüístico Extremeño. No podremos olvidarlo nunca ¿verdad?
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Un juertísimo abrazo.
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Rosa.